Recuerdo perfectamente el momento en que sentí por primera vez una agresión a mi cuerpo… tenía 12 años y un compañero de colegio me toco el trasero, yo solo gire y vi como él se marchaba riendo con sus amigos, no supe como reaccionar y entre asco y enojo brotaron mis lágrimas. Hoy día me sigo enojando con mi yo del pasado por no haber podido responder esa agresión.
Nunca he entendido porqué tenemos que defender lo obvio, por qué el papel de la mujer es siempre más complicado de entender en el mundo. Sé que tú como yo, has pensado dos veces si te compras esa falda tan corta, o esa blusa tan linda pero con ese escote. Sé también que cambias de lado de la acera cuando viene un hombre acercándose y de regreso a casa caminas lo mas rápido posible con las llaves entre las manos como “arma” y por supuesto sé también que imaginas para dónde correr si llegara a suceder algo.
Siempre viví con esos sentimientos de frustración, injusticia e inseguridad al grado de aceptarlo dentro de mi rutina. Pero el destino puso a prueba mi forma de pensar…
Termine la Universidad y no tenía idea de como empezar, lo que sí sabía es que tenía que ser un lugar que creyera en mí y yo en ellos. Debo decir que no fue difícil hallarlo, cuando conocí a Carmiña CEO de Kwema supe que ese era mi sitio.
Kwema para mí es una oportunidad, una sola palabra que cambia todo, sentirte segura tú y quien amas era solo para unos cuantos hasta el momento en que entre a este lugar.
Yo soy Dulce Hernández soy parte del equipo de Kwema y te invito a unirte a nuestra comunidad.